Hoy es el día de la Innovación y la Creatividad y no nos puede parecer mejor día para compartir esta reflexión con vosotros.
Queremos aprovechar para hacer una oda a una de las técnicas que más nos pueden ayudar cuando, tirar únicamente de nuestra propia creatividad, experiencia e investigación individual, no es una opción para obtener una solución innovadora alineada con los objetivos del proyecto.
A veces hay que ser humildes, saber dar un paso al lado y guiar a nuestro cliente para que sea él quien nos aporte todo su conocimiento y experiencia para realizar el mejor producto.
Qué tipo de investigación usar según la idiosincrasia del proyecto
Proyectos dirigidos al público final
A veces llegan a nosotros proyectos que tienen cierta exposición pública en los que puedes revisar cómo se ha enfrentado la competencia a los mismos retos y sus cambios de roadmap, o son productos que forman parte de nuestro día a día, como por ejemplo: una app para pedir comida a domicilio. En esos casos en los que hemos sido usuarios entendemos más o menos el sector, conocemos la empresa y nos imaginamos cómo es su funcionamiento. No hay un proyecto sin reto, pero es cierto que nos sentimos relativamente dentro de la zona de confort como diseñadores ya que es más fácil empatizar y barajar hipótesis. Eso, y que existen muchísimas técnicas que pueden ayudarte como benchmarking, definición de audiencias, customer journey, business model canvas… para detectar las necesidades del usuario y objetivos del negocio.
Proyectos de uso interno
Pero a veces nos enfrentamos a retos en los que el producto o servicio a rediseñar es algo que no conocemos, algo de lo que no hemos sido usuarios nunca o no hemos tenido acceso. Nuestro trabajo no es ser expertos en todo, consiste en ser capaces de detectar las necesidades y casos de uso del usuario, sus pain points, qué expectativas tiene y aportar la mejor solución para ello.
La experiencia es un grado, pero a veces no es posible tener una experiencia previa porque el objetivo rediseñar una herramienta de gestión interna, por ejemplo, y obviamente, no conocemos sus procesos ni procedimientos, y aún menos los datos que necesita el usuario para poder realizar su trabajo adecuadamente.
No nacemos aprendidos, y hay veces que tu cliente es el que mejor te puede enseñar
Tus mejores aliados: técnicas de investigación participativas con tu cliente
En estos casos, la investigación es tu mejor aliada para tener a tu alcance toda la información posible y comprender el problema antes de diseñar pantallas y procesos tangibles. Aquí es el momento de no solo revisar la información que necesita el usuario, sino en qué momento y de qué manera, para generar ideas, divergir y saber seleccionar las mejores soluciones.
Uno de nuestros pilares fundamentales de la metodología en Redbility es la investigación, con ella se obtiene muchísima información útil para enfrentarnos a los retos. Pero cada reto necesita una investigación diferente según sus necesidades y adaptada a los tiempos del proyecto. Y lo más importante de todo: la investigación es un vehículo, no un objetivo en sí mismo, tiene que estar al servicio de los tiempos y necesidades del proyecto y del cliente.
No hay que hacer por hacer, la investigación tiene que tener un objetivo, no tiene ningún sentido usar las mismas cuatro técnicas de investigación para todos los proyectos como si fuéramos robots. Hay que tener claro qué buscamos obtener de cada una para optimizar y planificar la investigación para que nos ayude a obtener los resultados esperados.
La investigación es un vehículo, no un objetivo en sí mismo
Todos los proyectos empiezan con preguntas. A veces puedes resolverlo con técnicas más “sencillas” como un benchmarking, pero en otros casos no hay alternativa y sí o sí hay que llamar al usuario, preguntarle qué necesita, porque no hay otra técnica mejor para descubrirlo.
Hay momentos en los proyectos en los que hay que guiar a tu cliente y hay otros momentos en los que debes dejarte ayudar, nadie va a saber más de las necesidades de su usuario o consumidor que ellos mismos. Estos son los momentos en los que hay que dar un paso al lado, no tomar partido y buscar otras técnicas como por ejemplo: las técnicas etnográficas y de cocreación.
Tu rol de diseñador debe pausarse por un momento y convertirte en un observador y facilitador objetivo, dejando espacio a los que saben más sobre el sector, ayudarles a crear un ambiente de libertinaje controlado para que aporten ideas innovadoras a través de su conocimiento y experiencia, y que finalmente seas tú quien pueda ayudarles a alcanzar un consenso y tangibilizar sus necesidades.
Técnicas de investigación para fomentar la innovación, creatividad y compromiso de tus clientes
Las técnicas etnográficas y de cocreación involucran al usuario final, cliente o stakeholders y su experiencia en el proceso de investigación de alguna manera.
Por un lado, las técnicas etnográficas o “trabajo de campo” son técnicas que fomentan nuestro entendimiento del problema y nos ayudan a empatizar, paso fundamental antes de tener ideas. Las más conocidas pueden ser por ejemplo: estudio de personas, observación de participantes, entrevistas, service design blueprint, focus group, mapas mentales…
Por otro lado, las técnicas de cocreación son técnicas que fomentan la creatividad y la innovación, y sin creatividad “no hay ideas ni diferenciación, y sin diferenciación no se genera valor” como decía Agustín Vivancos, CEO de Grupo PS21 y fiel defensor de la creatividad en una entrevista hace una semanas. Algunas de ellas son por ejemplo: brainstorming, workshops, sombreros de pensar,…
Además de ser técnicas muy útiles para proyectos en los que no puedes usar otras – como por ejemplo un análisis del mercado o de la competencia -, son técnicas que ayudan a hacer a tu cliente sentirse partícipe del resultado, y no hay nada más útil que un cliente de tu lado, embajador de las ideas y soluciones que propones para mover ideas innovadoras dentro de una gran compañía.
No hay nada más útil que un cliente de tu lado, embajador de las ideas y soluciones que propones para mover ideas innovadoras dentro de una gran compañía
Las sesiones de diseño participativo son muy útiles en los casos en los que hay que investigar y mejorar los procesos internos de una compañía o conocer los datos e información que necesita un usuario en cada momento de un proceso para poder tomar decisiones en una herramienta de trabajo.
Pero tan importante es conseguir que el grupo de personas que hay en la sesión sepa divergir como más tarde converger, y eso, en parte, es responsabilidad tuya. Saber controlar y guiar las sesiones para que el grupo sienta la libertad de decir cualquier idea como luego saber priorizarlas y ordenarlas entre todos, es fundamental.
Una vez realizadas las sesiones necesarias para descubrir las necesidades de los usuarios, es importante que registres todo lo que ha sucedido en vídeo, fotos, post-its… lo que necesites. A todos nos gusta sentirnos escuchados al ver el diseño final y saber que aportamos nuestro granito de arena.
La creatividad y la innovación no llegan solas, pueden fomentarse y se pueden generar situaciones para ello, pero tiene que pillarte trabajando.
Y aunque al principio estos proyectos cuyos retos son mejorar procesos o herramientas internas de una compañía pueden parecer imposibles de solucionar, tras investigar las necesidades y validar las soluciones con los usuarios, negocio y tecnología, seguramente sientas que es uno de los proyectos más sólidos que hayas podido realizar durante toda tu carrera.
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