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IA en el arte y el diseño, ¿amenaza u oportunidad?

29 noviembre, 2022

Cuando hablamos de Inteligencia Artificial (IA) se nos inunda la cabeza con imágenes de películas donde los robots son nuestros amigos, convivimos con ellos o, incluso, luchamos contra ellos.
Y es que, aunque hablar de este tema pueda parecer ciencia ficción, la IA cada vez está más instaurada en nuestro día a día. La encontramos en coches que conducen solos, en avances médicos donde la IA realiza complejas operaciones y ahora también en el mundo del arte y el diseño.

La primera noticia que tuvimos de esta idea llegó con Dall-E, una IA donde podías generar imágenes basadas en palabras clave. Las imágenes distaban de tener narrativa, composición, e incluso técnica, pero ya podía sacar conceptos claros con un deje de realismo:

El público en general disfrutó de las creaciones que podía generar con la herramienta, pero la controversia llegó con Dall-E2, una versión mejorada del anterior, con una base de datos inmensa que incluía estilos pictóricos, tanto actuales como pasados, artistas de renombre e incluso teoría.

Así es como se describe en su site oficial: “Recibe tanto el texto y la imagen como un solo flujo de datos que contiene hasta 1280 tokens, y se entrena utilizando la máxima probabilidad para generar todos los tokens, uno tras otro. Este procedimiento de formación permite a la aplicación no solo generar una imagen desde cero, sino regenerar cualquier región rectangular de una imagen existente que se extienda hasta la esquina inferior derecha. De una manera que sea consistente con el mensaje de texto”.

Y no solo trajo un restyling de las ilustraciones

También puede expandir obras pictóricas. ¿Te has preguntado alguna vez cómo era el prado donde Monet pintó  en 1882 “Cliff Walk at Pourville”? 

Nosotros lo hemos hecho, y pedimos a Dall-E que nos lo mostrara. Este fue el resultado.

Añadieron también la posibilidad de editar imágenes. Si puede expandirse un cuadro con su mismo estilo, puedes imaginar que la edición y mezcla de imágenes va incluida en el paquete, y con ella, la controversia. Al unir toda esa base de datos se llegó a generar una IA capaz de producir una cantidad infinita de posibilidades solo jugando con las palabras. Este tipo de creación puede utilizar el trabajo de artistas actuales (los cuales puedes añadir a la petición), basando esos diseños en su trabajo.

 

Los artistas y diseñadores vimos nuestro trabajo amenazado, por la posibilidad de no necesitar más de nuestros servicios ante la alta demanda que tuvo la IA y su motivo de ser. En palabras de la propia OpenAI (empresa que desarrolló Dall-E2), «Buscamos democratizar el arte, permitir que todas las personas sean capaces de crear de forma sencilla a través de sus palabras.”

La idea de que aquello para lo que nos formamos durante años, nuestra creatividad, nuestra diferenciación como humanos pueda ser recopilada y utilizada para una IA al alcance de todos, puede hacernos creer que nuestra profesión acabará, con el paso del tiempo, llegando a su fin. Os ponemos de ejemplo la primera portada para Cosmopolitan realizada por la IA o el caso de un artista que ganó un concurso de ilustración presentando un trabajo generado por la misma.

Pero… ¿Estamos seguros de eso?

Como dijo Sydney J. Harris, periodista y columnista estadounidense: “El verdadero peligro no es que las computadoras comiencen a pensar como los hombres, sino que los hombres comiencen a pensar como las computadoras”. Y es que al final, si nos limitamos a pensar que estamos luchando una batalla perdida, como si todo fuera blanco o negro, ceros y unos, estaremos perdiendo la distinción humana de autosuperación, crecimiento y, como nos gusta decir en Redbility, la constante del cambio.

Hace unos cuantos años se creía que se perdería la esencia del artista tradicional por la utilización de programas como Photoshop o ClipStudio, entre otros, pero se desarrollaron nuevas corrientes artísticas aprovechando el software, se agilizaron los procesos de trabajo y se exploraron nuevos límites.

Es momento de aprovechar esta nueva herramienta para mejorar como creadores, para agilizar nuestro rendimiento, y aquí te dejamos algunas ideas:

  • Creación de conceptos visuales rápidos a base de brainstormings.
  • Edición de imágenes a altas velocidades.
  • Corrección de fotografías donde, por limitaciones, no se pudiera fotografiar todo el contexto.
  • Descubrimiento de estilos pictóricos.
  • Creación de composiciones básicas.

Es momento de sumarnos a la revolución tecnológica y aprender a explotar su potencial.
Esperamos también que, con la normalización de la herramienta, se refuercen los términos legales para proteger a los autores.

Para terminar, quiero dejaros la historia de Fosbury, un atleta de salto de altura de 1968, que de su frustración por no ser capaz de ejecutar el salto más común del momento decidió innovar y, utilizando los recursos que tenía, saltó de espaldas alcanzando un nuevo récord de 2m y 24cm en el salto de altura, dejando al mundo estupefacto y un nuevo salto en el deporte, el Fosbury Flop.

Nos toca a los creativos aprender a saltar de espaldas, a conseguir nuevos récords, aprovechar nuestra frustración, arriesgarnos y crear algo nuevo.

Autor
UX Consultant

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